Corren los años de 1835 al 1852 , diecisiete años de mando presidencial de la Republica de la Argentina del General don JUAN MANUEL ROSAS , dictadura que fue derrocada por el Ejército Grande que comandaba Urquiza .
En represalia a esta dictadura se desata la denominada “Persecución de Urquiza “ contra todo cristiano Argentino o no de apellido ROSAS .Esto motivó que tres hermanos de este apellido ,desde Buenos Aires huyeran con dirección al Perú tomando el camino de Tucumán a La Paz ,llegando hasta Arequipa .
De ocupación mineros , uno de ellos se estableció en Pampacolca ,otro emigró a Camanà . Del que si damos mayor cuenta es de Jose Manuel Rosas y Reyna .
Pepe Rosas sentó reales en Orcopampa , explotaba y era propietario de las florecientes minas de Orcopampa hoy propiedad de la familia Benavides de la Quintana .
El caso es que como todo asiento minero era menester que tuviera como expresión de fe cristiana un Patrón a quien adorar .Por lo que Pepe Rosas adquirió desde Italia un crucifijo de madera finísima con incrustaciones de diamantes ,perlas y coral . Era el Patrón de la mina El Manto .
En estas circunstancias de tradición nos dice que ocurrió un accidente minero ,muriendo varios obreros en el socavón responsabilizándose de este hecho a la falta de seguridad tècnica que los dueños de la mina no supieron proveer .Por esta razòn Jose Manuel Rosas en compañía de su esposa doña Casimira Bengoa y sus hijos Plácido ,Victoria y Mariano Rosas Bengoa huyeron en el convoy llevando sus pertenencias con dirección al pueblo de Puica lugar donde la mina se abastecía de alimentos .
En su huida, Pepe Rosas se acordó del crucifijo que se habia quedado por descuido ,por lo que le encomendó a su hijo Plàcido a que regresara al pueblo a recogerlo ,logrando su cometido el joven Plácido montado en su brioso caballo Pichincho alcanzó a sus familiares aún en el camino .
La otra versión que tenemos es que al morir Jose Manuel Rosas en Orcopampa y enterrarse en Puica de la fatal noticia ,su esposa doña Casimira Bengoa viajó de inmediato a las exequias y después de sepultar los restos de su esposo ,trasladó sus pertenencias a Puica . Entre èstas , se encontraba el hermoso crucifijo . Este hecho mortificó al Parroco de Orcopampa y lo denunció ante el pueblo ,que se levantó en protesta ,capturando a Plàcido Rosas en Huancarama de donde logró escapar en su briosos corcel Pichincho hasta Tintaymarca donde perseguido siempre por los pobladores de Orcopampa nuevamente cae preso y es conducido a este lugar .
Allí se realizaron las aclaraciones pertinentes y los mismo pobladores reconocieron la propiedad del Crucifijo como perteneciente a la familia Rosas .Desde entonces se le denomina como “EL CRISTO DE LOS ROSAS “ .
A la muerte de don Plácido Rosas pasó a manos de su hija Zoila Rosas de Valdeiglesias ,luego ,al altar de San Josè de la Iglesia de Puica ,donde permaneció por muchos años .
Mas tarde el crucifijo fue retirado por el Sr,Juan de Dios Bellido Rosas pasando al poder de la madre de éste doña Marìa Rosas vda.,de Bellido quien antes de morir lo entregó a la curia de Cotahuasi ,encontrándose actualmente en el Altar Mayor de la Catedral de Cotahuasi .
Como se puede apreciar EL CRISTO DE LOS ROSAS es la expresión familiar genuina de todas las descendencias Rosas ,su patrimonio espiritual y religioso es expresión de profundas convicciones y raíces de familia .
En este entendido desde hace quince años ,ha surgido un sentimiento natural de fè y fraternidad de familia ,que se concretiza a manera de logia ,en una forma de institucionalizaciòn historica y de sangre que une los corazones ,la fè y el sentimiento de quienes por nuestras venas circula la sangre de ROSAS .
Cada 5 de octubre en recuerdo y homenaje a quien arriesgando su vida y cumpliendo la orden de su padre ,trasladó el Cristo al lugar que le pertenecía Puica ,cada año promesa de no olvidar nunca nuestra progenie ,tomando como símbolo espiritual a nuestro patrón EL CRISTO DE LOS ROSAS , hermosa herencia de nuestros padres que debemos honrar y que es el basamento de nuestra unidad familiar que jamás debe extinguirse .
Arequipa 05 de octubre de 1998.